El futuro es impredecible, todo se basa en probabilidades (Richard P. Feynman)

sábado, 16 de febrero de 2013

Evolución humana


La evolución, como Richard Dawkins dice, es un tema que mucha gente cree comprender y, en cierto modo, no es difícil entender el dogma que sigue; pero al igual que tener una idea de qué es un átomo no nos hace químicos, tener una ligera idea de qué es la evolución no nos hace comprenderla. De hecho, la forma en la que se expresa es tremendamente compleja y difícil de predecir. Hay que tener claro que, simplemente la evolución, ha sido capaz de transformar un conjunto de moléculas en uno de los sistemas más complejos conocidos: las formas de vida.
En cierto modo, a mi parecer, la evolución nos es algo muy diferente de la tendencia que tienen las moléculas, los átomos, las partículas subatómicas… a agruparse y modificarse según el medio en el que se encuentren , con la única e inesquivable  finalidad de conseguir la mayor estabilidad en el presente. Todo tiende finalmente a su estado más estable.  La búsqueda de la estabilidad creó la vida y la remodeló.

¿Sigue evolucionando el ser humano?
La vida se fundamenta en crear copias. Las copias sufren mutaciones y pasan a ser similares entre sí, pero no iguales. Según el medio en el que se encuentre una copia será más estable que otra y tenderá a persistir en el tiempo y tener más copias. La vida se adapta continuamente a los cambios del medio. Cuanto más cambie el medio, mayor será el cambio que definía qué era estable antes y qué lo es ahora, y en consecuencia la selección tomará otra dirección. Y hemos de hacernos una pregunta: ¿ha cambiado el medio para el ser humano en los últimos años? La respuesta es clara: Sí. Y no solo ha cambiado, si no que lo ha hecho a una escala abrumadora a través de la ciencia y la tecnología. Por tanto, los patrones de selección ya no son los mismos. Lo que antes era estable, ahora ya no tiene por qué serlo. Pero, ¿hacia dónde se dirige la evolución? La respuesta es tremendamente compleja y difícil de predecir.
Algo muy destacable que diferencia la evolución humana de la otros seres vivos es que, mientras que en los animales importa fundamentalmente, por un lado tener descendientes y, por otro, que estos sean aptos para sobrevivir por sí mismos, en la especie humana ha perdido gran importancia el hecho de que los hijos sean lo suficientemente aptos para valerse por sí mismos, pues existe una sociedad que los va a ayudar y sacar adelante si no es así, por lo que la fuerza que direcciona la evolución humana no es tanto de sujetos que tienen “buenos hijos”, sino de aquellos que tienen muchos hijos. Y  las características que se van a perpetuar van a ser las de aquellos miembros que tiene más hijos, predecir quiénes son es tarea de la sociología, estadística… sería muy aventurado intentar agrupar las miles de variables que existen y dar una idea de qué acervo genético tiene ésta población. Pero siendo un poco aventurado, me atrevería a decir que no van a compartir claramente un características en común, absolutas, que permitan hacer que surja entre toda la población futura ese nuevo carácter, si no que habrá mucha variabilidad, no se producirá un aislamiento  concreto de caracteres a lo largo de las sucesivas generaciones que permita crear cambios comunes; no surgirán por esta vía nuevas especies, habrá una mezcla variable.

¿Surgirán nuevas especies?
Anteriormente me he adelantado y, si nuestras condiciones de sociabilidad, migraciones, globalización… permanecen, no creo que el ser humano conviva con especies humanas diferentes. Solo existirá una especie.
Pero esto no quiere decir que no pueda surgir una nueva especie; es totalmente posible y, en mi opinión, si duramos lo suficiente, ocurrirá que, a lo largo de nuestra existencia, se acumulen cambios que modifiquen al ser humano lo suficiente como para ser una nueva especie en relación a sus antepasados: Nosotros. Es decir, si en un futuro se creara un clon de un H. sapiens, este no podría tener descendencia viable con un “Homo X” de la época.
Imagen extraida de: Aqui
Hay gente que se pregunta si nuestro cerebro evolucionará más y gente que responde que, si aludiendo al hecho de que en el ser humano lo que nos da una ventaja evolutiva es la inteligencia y no una mejor condición física, por lo que la tendencia evolutiva sería hacia un cada vez “mejor cerebro”. Mi respuesta sería: Te has estancando en el pasado. ¿Quién nos dice que ahora sea más estable un buen cerebro, que un cerebro medio? Ambos tendrán dentro de nuestra sociedad las mismas posibilidades (mientras no sean extremos disparatados, como autismos, retrasos considerables…) de tener hijos y de que estos sobrevivan. Aunque exista un carácter, si no es más estable que otro dentro de nuestro medio, no existe una evolución neta, una evolución unidireccional. Y el cerebro en este caso tiene abiertas las puertas hacia una menor complejidad. Mantener la complejidad de los organismos de la naturaleza requiere de una “fuerza” que la perdure, pues es termodinámicamente inestable. Si desaparece la mayor estabilidad de un cerebro complejo a uno un poco menos complejo funcionalmente, el paso del tiempo hará que el cerebro tienda a ser menos complejo, ya que es mucho más probable tener variaciones menos funcionales que más funcionales. Una forma de entenderlo sería compararlo con un ejemplo: Imaginemos que tenemos escrito la mitad de nuestro nombre con una veintena de piedras puestas una tras otra (nuestro cerebro actual), y que tiramos piedras al azar desde una cierta  distancia (mutaciones), lo más probable es que la piedras no continúen constituyendo las letras de nuestro nombre (aumentando la complejidad) si no que constituyan algo azaroso sin un sentido lógico (un cerebro peor).  Y el cerebro no es el único ejemplo. En mi opinión, muchas de nuestras adquiridas adaptaciones que no son estrictamente vitales, irán perdiéndose, difuminándose en el tiempo. Y esos cambios definirán nuestra nueva especie, cada vez más dependiente de vivir con la ayuda del resto e incapaz de vivir en solitario, donde estaría claramente inválida.
Si introducimos un sistema artificial como es el estado, el único caso obvio de altruismos en la naturaleza, nos encontramos ante una clara alternativa inestable, debemos introducir unas reglas artificiales que hagan el papel de la selección natural. Por ejemplo, control de la natalidad, cuántos hijos y quiénes los tiene. Pero hay un muro inevitable en este camino: La ética. Es un tema complicado, por lo que no me voy a extender en él.
Pero hay un cambio sustancial en nuestra historia reciente. Algo que lo cambia todo, la posibilidad de orientar nuestra propia evolución. La ingeniería genética nos permite, una vez conozcamos cómo funciona e interacciona nuestro genoma, decidir cómo queremos ser en un futuro. Nuevamente la ética será la que ponga los límites. Y estoy muy de acuerdo en que tiene que estar estrictamente regulado.
Si no queremos seguir siendo inestables, perdurar  tal como somos, debemos hacer algo. O dejar que la evolución nos sentencie como una forma de vida inestable que será reemplazada.